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El rooibos tiene un sabor muy agradable y propiedades que aportan ciertos beneficios para nuestro organismo. Muchas personas creen que se trata de un tipo de té, pero en realidad no lo es. Se extrae de las hojas y raíces del Aspalathus linearis, un arbusto que crece en la costa occidental de Sudáfrica y que tiene esa tonalidad rojiza tan característica que le da el nombre de «té rojo«. A continuación te explicamos a fondo qué es, cómo se obtiene y cómo prepara esta rica infusión.

Orígenes del rooibos

La infusión de rooibos se comenzó a tomar durante el siglo XVIII en las colonias holandesas de Sudáfrica, como alternativa al té negro importado que resultaba bastante caro. Su cultivo y comercialización evolucionó poco durante los siguientes siglos, hasta que en la década de 1930 comenzó a ser una bebida popular en el continente europeo. El rooibos no tiene cafeína, pero es sabroso y aromático como el té.

Desde finales del siglo XX, hasta nuestros días, el rooibos ha seguido progresando. A finales de la década de 1990, apareció el rooibos verde, una versión menos oxidada que el rojo; y a principios de la década de 2000, la industria del rooibos desarrolló variedades en polvo para cocinar, concentrados para bebidas instantáneas y extracto de rooibos para usar como sazonador de alimentos o como aditivo de productos cosméticos.

Un cultivo único

El rooibos es originario de la región montañosa de Cederberg, en Sudáfrica (al norte de Ciudad del Cabo), una de las áreas con mayor biodiversidad del país. Cederberg cuenta con un área de vida silvestre protegida por el Patrimonio Nacional, formaciones de arenisca de 500 millones de años y un legado de arte rupestre de más de 6.000 años que dejaron los bosquimanos, un pueblo de la etnia San, que originalmente habitaba la zona.

Los lugareños han cosechando y elaborado el rooibos, que crece de forma natural en la región de Cederberg, durante cientos de años. Si bien todavía se recolecta el rooibos silvestre de la región, la gran demanda comercial ha ocasionado que el cultivo se haya extendido a otras regiones del país. De hecho, Sudáfrica es el único país del mundo que lo produce, con más de 450 productores que reúnen anualmente hasta 15.000 toneladas de rooibos. Unas 7.000 toneladas se exportan a más de 30 países de todo el mundo. Alemania, los Países Bajos, Japón, el Reino Unido y los Estados Unidos son los principales importadores de la hierba.

La planta de rooibos, Aspalathus linearis, pertenece a la familia de las leguminosas que florecen en regiones secas y montañosas con períodos de lluvias significativas. La descripción linearis del nombre se debe a su forma de crecimiento lineal, con hojas largas en forma de aguja. El arbusto florece a principios de primavera y da flores de color amarillo. Cada flor produce una vaina con una sola semilla en el interior que sale cuando está madura y cae en el suelo seco alrededor de la planta. Los agricultores tamizan el suelo arenoso bajo cada arbusto para recolectar las semillas frescas y sembrarlas cada primavera.

¿Cómo se produce el rooibos?

El rooibos se cosecha y procesa de manera similar a la planta del té Camellia sinensis. Durante la recolección, la planta se corta a mano y los tallos se agrupan formando manojos. Las gavillas se clasifican y después se cortan o rompen para favorecer la oxidación. La exposición al oxígeno es lo que resalta los aceites esenciales de la planta y ayuda a que las hojas desarrollen su color y rico sabor.

Rooibos rojo

El rooibos rojo es el resultado de una oxidación larga. Cuanto más se expone a la acción del oxígeno, más rojo se vuelve y más dulce y rico de sabor.

Rooibos verde

El rooibos verde se cuece al vapor y se seca inmediatamente para detener la oxidación. Mantiene un ligero color verde y conserva un sabor herbáceo y mineral.

Cómo se prepara el rooibos

Al igual que el té o cualquier otra infusión de hierbas, el rooibos se sumerge en agua caliente para producir una bebida sabrosa. Como la planta no contiene cafeína, la infusión es también descafeinada, y una alternativa popular a las bebidas con cafeína tradicionales como el té o el café.

Ahumado, dulce, floral, geranio, miel, madera, vainilla y caramelo son solo algunas de las palabras con las que los bebedores de rooibos describen el espectro de sabores de la infusión. Por sí solo, es delicioso, pero combina muy bien con un poco de leche y una pizca de azúcar o miel, que es la forma tradicional de beberlo en Sudáfrica.

Además de tomarse en infusión, también tiene otras aplicaciones:

  • Es el sabor base de bebidas especiales como lattes, refrescos preparados y cócteles.
  • Ya sea en infusión o molido en polvo, combina bien con algunos alimentos y forma parte de muchas elaboraciones culinarias modernas.
  • Como extracto, polvo o tintura, se utiliza en productos cosméticos orientados al bienestar físico y antienvejecimiento.
  • El color ámbar intenso del rooibos rojo lo convierte en un excelente colorante natural de productos alimentarios.

Cómo se prepara una taza de rooibos

La elaboración de una rica infusión de este «té rojo» es similar a la de los tés verdaderos. Las hojas secas se remojan en agua caliente durante un tiempo, después se retiran y se bebe el líquido resultante. No es una tarea complicada, pero para conseguir un resultado de los buenos conviene tener en cuenta algunos detalles.

  • Utiliza agua mineral o filtrada, para que no altere el sabor.
  • Si en el paquete hay recomendaciones específicas para la preparación, síguelas. Si no, utiliza una cucharada de hojas por taza de agua.
  • El rooibos se sumerge en agua caliente a unos 90 o 100ºC.
  • Si no tienes una tetera eléctrica con control de temperatura, utiliza agua a punto de bullir.
  • Tapa la taza para mantener todo el calor en el recipiente durante el remojo.
  • Prueba el rooibos después del tiempo de infusión recomendado (normalmente de 4 a 5 minutos) y luego decide si te gusta así o si prefieres dejarlo un poco más. A diferencia del té, el rooibos no se vuelve más astringente y amargo cuanto más tiempo se infunde en agua caliente; solo se volverá más intenso.
  • El sabor del rooibos es agradable por sí solo, pero puedes añadirle leche o crema y azúcar. Muchas compañías de té utilizan esta hierba roja como base para mezclas aromatizadas con vainilla, chocolate o cítricos.
  • Las hojas sueltas de rooibos de buena calidad se pueden infusionar un par de veces.

Cómo guardar y conservar las hojas de rooibos

Al igual que cualquier otro té o hierba, el rooibos debe almacenarse adecuadamente para que permanezca lo más fresco posible en la despensa. En realidad no se estropea como para sentar mal, pero puede volverse rancio y saber a humedad.

Compra rooibos de una compañía o marca acreditada, el paquete debe indicar cuándo se procesó y empaquetó la hierba. Todas las infusiones tienen mejor sabor cuando se elaboran y se beben lo antes posible después de su fecha de procesamiento. Como el rooibos es una hierba muy oxidada, es más estable que otros tés y hierbas. En teoría puede mantenerse fresco y bebible durante dos años si se almacena en un lugar fresco, seco y oscuro, lejos de otros olores de la despensa, como el café o las especias.